La toma de decisiones están más relacionadas con el cuerpo de lo que creemos. A parte de la experiencia y el conocimiento, la gestión de emociones es clave para tomar mejores decisiones.
Nuestro día a día es una constante lucha entre dos flujos de pensamiento o de corriente eléctrica y nerviosa: los circuitos ascendentes y los circuitos descendentes.