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¿Cómo puedo desarrollar mis habilidades de toma de decisiones ejecutivas?

Mejorar toma de decisiones

La toma de decisiones están más relacionadas con el cuerpo de lo que creemos. A parte de la experiencia y el conocimiento, la gestión de emociones es clave para tomar mejores decisiones.

Tener referencias de otros profesionales, desarrollar una estrategia, cultivar el cuerpo y las emociones, y tener un cuadro de mandos adecuado son algunos de los elementos clave para tomar buenas decisiones.

Normalmente tendemos a pensar que en la toma de decisiones lo único que está relacionado es el conocimiento y la experiencia previos, o que una persona sea de un perfil de Dirección con una carrera en la toma de decisiones.

Pues bien, la experiencia y el conocimiento son necesarios, pero aquí te desvelo algunas de las cosas que no se suelen decir cuando hablamos de toma de decisiones.

¿Qué influye en la capacidad de toma de decisiones ejecutivas?

Todo esto influye en la capacidad para tomar decisiones de una persona. Recuerda que puedes utilizar estos factores para mejorar también tus entrevistas para identificar líderes o personas que tomen buenas decisiones:

1. La experiencia profesional: siempre es un grado, aunque no siempre una garantía de tomar mejores decisiones. Cuanto mayor es la experiencia en un campo, normalmente es mejor el conocimiento de su puesto y puestos que se coordinan con esa persona. Normalmente también es mayor la comprensión del flujo de toma de decisiones.

2. La experiencia tomando decisiones: yo a veces tengo en cuenta que simplemente hayan tenido experiencia tomando decisiones, aunque no sea el mismo campo. Es decir, cuanto más decisiones toma una persona, más acostumbrada está a tomarlas. Es un músculo.

3. El conocimiento teórico y técnico del campo: porque para determinados puestos, el que toma decisiones ha de ser el mayor o casi mayor experto en la materia. Muchas decisiones tienen un componente técnico o de conocimiento del campo para que la decisión sea correcta.

4. La capacidad de manejo emocional: porque supone la capacidad de que las emociones no nos sobrepasen. Cuanto más capaces somos de manejar nuestras emociones de forma interna, más control sobre ellas para saber cuando estamos paralizados por un miedo; o cuando, aunque sintamos una incomodidad, debemos iniciar la acción.

5. La autoconfianza: cuanto mayor es la creencia en mi propia competencia profesional, más creencia en que puedo tomar decisiones y arriesgas, porque las consecuencias serán buenas (porque creo que mi capacidad es buena).

6. La apertura o flexibilidad: porque la toma de decisiones tiene que ver también con conocer otras perspectivas, o tener en cuenta a otras personas de cualquier nivel para tomar la decisión más ajustada.

¿Qué puedo hacer para mejorar mis habilidades de toma de decisiones ejecutivas?

1. Intenta ganar experiencia en la toma de decisiones: ya sea a través de prácticas de dirección u otra fuente. Pero es el entorno más seguro, tomar decisiones al lado de alguien que ya está acostumbrado a tomarlas. Es menos arriesgado, y realmente estás en la práctica directa del inicio de la acción.

2. Trabaja tus habilidades emocionales: sobre todo las que están relacionadas con tu propio control y el de tus propios sentimientos. Cuanto mayor control tengas de tu cuerpo, quiere decir que no te verás atrapado por tus emociones para tomar una decisión fuerte o para atravesar una línea que te lleva al campo de la acción.

No olvidemos que la toma de decisiones, la función 7 de nuestro Modelo Ejecutivo de Liderazgo, también la llamamos «el inicio de la acción». Es decir, es el paso a la práctica. El salto al precipicio.

3. Trabaja la conexión con tu cuerpo: a través del deporte o de otras disciplinas, que puedas tener más consciencia corporal para identificar mejor la información que viene de las dos partes de tu cuerpo: el flujo descendente y ascendente de pensamientos. El manejo emocional es una competencia emocional fundamental para liderar mejor.

4. Ten un cuadro de mandos: en Excel, o sino utiliza una herramienta tecnológica para tener los datos que necesitas para tomar buenas decisiones. Normalmente me encuentro con líderes que no utilizan ningún tipo de dato o macro de Excel para analizar las decisiones que toman.

Lo vuelcan todo en su «Intuición» pero ésta, aunque es una buena aliada, no siempre nos trae la mejor decisión, más si esta implica un montón de datos a tener en cuenta. Si tomamos decisiones, queremos que sean «buenas decisiones».

5. Pide referencias a los más senior y sino arriésgate: siempre te darán una perspectiva, o te dirán que ya intentaron algo similar. Contrasta y compara, para saber si tu decisión es proporcionada o necesita ajustes.

Pero si no tienes esa referencia, deberás correr riesgos. Nadie toma solo buenas decisiones, y tiene que haber siempre alguien que las tome. Como se suele decir, «Quien tiene boca se equivoca».

¿Te han servido estos consejos?

Nos vemos en la acción, 😉

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