Todo lo que inventas con los equipos funciona dentro de un contexto sistémico. Las ideas para ser potentes deben de tener en cuenta el sistema si buscas permeabilidad.
Una idea que no tiene en cuenta la sistémica de todo, no creará tanta resonancia o cambio en el mismo.
En la ultima entrada hablamos sobre lo que significaba la potencia, en su aplicación a la producción y, sobre todo, transmisión de ideas, de cara a convencer a los demás o proponer nuevas formas de trabajar o convivir en cualquier organización o sistema. Ahora necesitamos indagar en los factores que nos pueden ayudar a que el «agua llegue a su cauce», es decir, los factores que podemos tener en cuenta para dotar de potencia a nuestras ideas. Recuerda que vamos a tener en cuenta hasta donde somos capaces de intervenir nosotros mismos, la parte que depende de nosotros. En mi opinión, estos son los más importantes:
Observa la vulnerabilidad
Niël Barnard, una de las figuras que acompañó a Mandela en su proyecto de una Sudáfrica libre decía de él: «…tenía una asombrosa capacidad de penetrar en las mentes de personas culturalmente distintas a él. Sabía cuando alagar, y cuando aplacar. Tenía un instinto casi animal para llegar a las vulnerabilidades de una persona y tranquilizarla.
Absolutamente todas las personas tienen un «clic», desde el cual es más fácil acceder a ellas. Cuando hablamos de vulnerabilidad, no hablamos de debilidad, sino de una vía de acceso, donde el sistema o el individuo está más tranquilo, más cómodo y por ello más receptivo a una idea. Alguien que muestra su vulnerabilidad es más propenso a confiar si en este estado se siente seguro.
En esta práctica entran en juego múltiples habilidades: autoconocimiento para saber que recursos puedes usar, empatía para identificar los puntos de acceso, análisis, observación y más.
Ten en cuenta el sistema
Piensa que las ideas entran para modificar la dinámica normal de un sistema. Cada uno entra en un nuevo sistema, cuando comparte un determinado contexto, con unos determinados elementos, con unas reglas de juego concretas. La inercia del sistema es muy fuerte, por lo que si quieres que la potencia de tu idea pueda ser tenida en cuenta, considera las reglas, los miembros y sus relaciones. Mira como habla el sistema, que patrones sigue, y encuentra su talón de Aquiles.
Realizando una dinámica de equipos hace un tiempo, la solución a la implantación de una estrategia de desarrollo de negocio pasaba por intervenir en un miembro de la empresa, que permitiese a los que ejercíamos de consultores acceder al director general.
No era viable intervenir a esa figura directiva directamente, porque solo iba a responder si era a través de otro elemento del sistema. No tener esto en cuenta habría supuesto el fracaso total de la intervención, el fracaso total de nuestra idea…
Uno de los problemas a la hora de buscar soluciones a los problemas es poner el foco en algo que verdaderamente no produce la situación a cambiar. Esto es lo que el pensamiento sistémico llama desplazamiento de la carga.
Usa tu creatividad
Lo hablamos en la entrada anterior: la relación entre creatividad y potencia de una idea es para mí algo directo e irrefutable. A pesar de lo que solemos creer, la creatividad no es una habilidad especial, ni requiere de operaciones mentales extraordinarias para desplegarla.
Lo que hace que una idea sea creativa, es el nuevo proyecto creativo que guía las operaciones mentales comunes. Al fin y al cabo esta capacidad está relacionada con la habilidad para organizar recursos de una manera original, diferente o innovadora, y también se relaciona con la capacidad para conectar elementos que antes no estaban conectados. La persona que inventó el cigarrillo electrónico no era nadie extraordinario. Utilizó sus habilidades para conectar la electrónica con el tabaco tradicional. Como nadie hasta entonces había «conectado estos elementos», nadie había «organizado estos recursos» así, el premio creativo fue para el primero.
Una idea será tanto más potente cuanto más recursos pongas en juego, cuanto más diferente sea la nueva organización de los elementos que integran tu idea, y cuanto más conexiones nuevas integre entre elementos del sistema o que estén fuera de él.
Aprende y lee sobre ventas
Poco a poco me doy cuenta de que el trabajo como la vida es un proceso constante de saber vender. Las habilidades de venta entrenan la capacidad de indagar y conocer las necesidades del cliente para ofrecerle aquello que esta buscando (y lo que no). Tu jefe o tu equipo son tus clientes…por lo que si quieres llegar a ellos, tienes que averiguar sus «gustos de compra».
Del entrenamiento de la venta estoy aprendiendo la importancia de casi todo lo que interviene en la interacción, y al fin y al cabo del intercambio de ideas. La capacidad para hacer atractivo algo que no lo parece, o la capacidad de transmitir con seguridad, entusiasmo y profesionalidad tiene un efecto directo en la potencia.
Asóciala a una emoción positiva
Si este último punto lo consigues, tienes un nivel de potencia de 3 asegurado. La capacidad de contagiar emociones a otras personas está relacionada con competencias como el liderazgo o la capacidad de influencia en las organizaciones.
La asociación de una emoción positiva da credibilidad a una idea. Una persona percibirá no solo el mensaje que le transmites, sino que podrá reconocer las microexpresiones y respuestas fisiológicas que tu cuerpo experimenta de dicha asociación. Esto le dirá que tu idea no es vaga, sino que hay algo vivo tras de ella. Las marcas se esfuerzan habitualmente por intentar emocionar a sus consumidores, porque conocen el impacto que tienen a la hora de vincularse a un producto. Nunca será lo mismo que transmitamos una idea solo teniendo en cuenta un pensamiento o una sensación pasada, a que consigamos traer la emoción al momento presente. Esta es sin duda la virtud del actor, que puede fingirlas y traerlas al momento…en la potencia también hay algo de actuación.
¿Se te ocurre algún factor más que influya en la potencia de las ideas?
Nos vemos en la acción 😉