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Jane Goodall: Sí, hay «razones para la esperanza»

A pesar de que este sea un blog sobre recursos humanos, no puedo dejar de aprovechar la ocasión para aportar mi grano de arena. Acudir a un evento como este y no difundirlo sería no creer en el efecto multiplicador. 

El pasado 10 de Mayo tuvimos la gran oportunidad de tener a Jane Goodall en Valencia. El Bioparc acogía por primera vez a la primatóloga en lo que lleva siendo un viaje por todo el mundo transportando sus «Razones para la esperanza». Cuando era pequeño siempre veía sus documentales e investigaciones en la televisión…era un mito. Muchas veces esa situación mitifica a personas que realizan grandes obras con sus limitadas y «pequeñas» fuerzas.


En realidad el título de su discurso   supone que realmente existen estas razones, y de hecho, la existencia de su causa y su trabajo siempre puede servir de inspiración a otras personas para tener motivos para la esperanza y, a su vez, crear esa motivación para generar acciones y propósitos solidarios en los demás. El mero hecho de tenerla a pocos metros, y ver que en realidad  traía un mensaje sincero, humilde y poderoso, le daba todo el valor al que pudiese aspirar.



Lo que más resaltaría de su mensaje es la sencillez de las ideas, unos argumentos simples, pero constructivos y que en manos de espíritus inquebrantables como ella pueden tener mucho poder. Estos es lo que más resaltaría de su conferencia:

«A menudo, las personas tomamos la mayoría de decisiones pensando en una sola dimensión, es decir…¿como me afectará a mí?». 

Coincido completamente con este mensaje. El condicionamiento social nos resta individualidad, en cuanto «estandariza» nuestros comportamientos y actitudes, pero a la vez desarrolla una conciencia colectiva que se asienta en cada uno casi de forma inconsciente. Tenemos conciencia colectiva, pero quizá nos falte una cierta actitud responsable con respecto a los demás: en el cuidado de la naturaleza, las personas, el consumo, etc. 

En su labor  en Tanzania, su fundación consiguió que el crecimiento de las aldeas se desarrollara «con la naturaleza» y no por encima o sobre ella. La fundación mandaba gente autóctona a cada pequeña aldea y en consenso el grupo decidía cuales eran las mejores intervenciones, siendo éstas las más sostenibles. De este modo, las aldeas podían crecer, y otros podían vivir, los chimpancés. En sus palabras se pudo entender que en la actualidad no solo convive el desarrollo de la población del lugar con la naturaleza, sino que además está contribuyendo a que se regenere. 

Escucho a los jóvenes decir: «yo no puedo hacer nada». NO estoy de acuerdo, y tengo CUATRO razones para la esperanza:

1- Roots & Shoots (Raíces y Brotes) es el programa educativo del Instituto Jane Goodall, que cuenta actualmente con más de 16.000 grupos en 123 países. Juntos, jóvenes de todas las edades llevan a cabo proyectos que fomentan el respeto y la empatía por todos los seres vivos, que promueven el entendimiento entre todas las culturas y creencias y que motivan a cada persona a actuar para hacer del mundo un sitio sostenible para las personas, los animales y el medio ambiente. Tiene impacto en tres dimensiones:

– Cuidado de animales: domésticos y salvajes.
– Cuidado de personas: familias, victimas de desastres naturales, etc.
– Cuidado del entorno natural.


2- La capacidad del cerebro humano. Somos capaces de hacer lo mejor y peor a la vez. Tenemos siempre la capacidad de elección, y más de una opción…esto es la libertad.


Me vienen a la mente dos cita de Viktor Frankl:

«La libertad es la cara negativa de cualquier fenómeno humano, cuya cara positiva es la responsabilidad». 

El ser humano, «es el ser que inventó las cámaras de gas, pero también es el ser que entró en ellas con paso firme y musitando una oración».

Cada día podemos elegir dejar de lado oportunidades para hacer el entorno mejor. Podemos decidir que comemos, que compramos, que ropa nos ponemos y a quien ayudamos…Por ejemplo, de una forma responsable, y atendiendo a criterios de responsabilidad corporativa de las empresa, uno puede escoger consumir productos de aquellas que practiquen políticas con mayor conciencia social. Cada día las empresas deben vincular más este aspecto a su producto. 

Si un millón de personas a la vez evitaran esas situaciones de «total…por una vez que lo haga no pasa nada»…algún efecto tendría. Que seas uno no quiere decir que no cuente lo que hagas.

3- La resiliencia de la naturaleza. Si dejamos descansar determinados espacios naturales, estos ecosistemas podrán volver a brotar…»hay que darles tiempo».

Para comprobar si es cierto deberemos probar a que ciertas zonas descansen.

4- El espíritu indomable de algunas personas. Con esto se refería al esfuerzo que llevaron a cabo grandes personajes, que hoy viven, y que  condujeron cambios importantes en la sociedad gracias a su voluntad inquebrantable dirigida a una causa. Cada uno de nosotros no puede ser el líder de un gran cambio, pero puede liderar el pequeño cambio al que alcance en su día a día. 


Con estas cuatros razones, ¿tienes razones para la esperanza?

Si quieres participar en alguno de los programas de la Fundación Jane Goodall:






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