Hay un proverbio chino que dice algo similar a la cita que presenta esta entrada, y es algo así como: “Cuando estés comiendo, come; cuando estés conversando, conversa; cuando estés riendo, ríe..etc”. De ahí que escoja la foto de un tigre. Cuando un animal como este caza, está totalmente presente en su contexto y es capaz de sentir y percibir todos los elementos de su ambiente para llevar a cabo su estrategia de caza.
Por supuesto que esto es sumamente complicado, ya que la mayoría sabemos que es poco probable que una persona pueda estar siempre presente en una situación sin que otro tema le nuble o le distraiga el pensamiento. Sin embargo, esta herramienta supone mantener una intención constante para vivir la vida que se nos presenta, prestando atención a la realidad tal y como ocurre de verdad, no como a uno le gustaría que fuera. Tenemos mucha tendencia a proyectar al futuro, presuponer algo antes de que suceda, pero pocas veces enfocamos la atención en lo que se nos presenta día a día. La atención plena ofrece una mayor conexión con la realidad, lo que pone en marcha procesos de autorregulación y adaptación que resultan en mayor aprendizaje y acciones más eficaces. Al fin y al cabo es un entrenamiento hacia la consciencia de los procesos de pensamiento, de emoción, y su relación con nuestras conductas. Permite que el contexto no sea el que nos condicione, sino que tengamos una actitud observadora ante él y podamos tomar en todo momento la mejor decisión.

como si fuera la primera vez que estas en ella; luego toma la mejor decisión
en base a tu experiencia e intuición.
A menudo son los episodios de crisis los que nos llevan a interpretar de una forma diferente los acontecimientos del trabajo y la vida privada, pero, en general, los seres humanos tenemos tendencia a que el pasado no se vuelva a categorizar. Es posible que recurramos a episodios pasados para justificar situaciones presentes, pero rara vez se nos ocurre modificar la forma en que registramos originalmente los acontecimientos o las impresiones. Esto es muy importante según mi punto de vista, ya que cambiar el “filtro” que utilizamos en las situaciones es lo que más ayuda a cambiar los comportamientos.
De este modo, cuando tenemos una actitud pasiva, y dirigida por demasiadas rutinas, tanto de trabajo como en forma de costumbres en la vida personal, la falta de nueva información puede ser perjudicial. Como me dijeron una vez: “La mente es como un paraguas, solo funciona cuando se abre”. Todos hemos pasado por episodios en los que las situaciones que vivimos se parecen mucho entre sí, el circulo social siempre es el mismo, y los problemas siempre se presentan de la misma manera y se “parchean” del mismo modo; nos sentimos “atascados”. Dicen los expertos que cuando nuestro sistema sensorial va acotando sus sensaciones se va cerrando, porque no “recibe” nada nuevo.
Es la apertura a nuevos y diferentes puntos de vista. Las personas somos proclives a culpar a las circunstancias de nuestra conducta negativa: “el metro me hace llegar tarde”. O si la misma conducta la tiene alguna persona, tendemos a culparla a ella: “No conoce la puntualidad”. De esta forma protegemos nuestra autoestima, y nuestra perspectiva de ver la situación queda protegida. Para desarrollar la atención plena es necesario que tengamos en cuenta que en cada situación, hay tantas opciones como observadores puedan existir. Cada idea, objeto o persona es potencialmente muchas cosas a la vez, según la perspectiva desde donde se mire.

El otro día tuve la oportunidad de asistir a un taller sobre Coaching, y éste era uno de los factores más importantes a tener en cuenta a la hora realizar una sesión. Debíamos darnos cuenta de que las herramientas que podemos utilizar con los clientes pueden ser beneficiosas para unos, pero perniciosas para otros. De un mismo ejercicio descubrimos 21 interpretaciones diferentes, tantas como alumnos que asistimos al taller. Como dice la cita: “No ves el mundo como es, sino como eres”. Seguro que te ha pasado muchas veces que un compañero/a te dice: “la verdad es que nunca me había planteado esa forma de verlo”. Al fin y al cabo es lo que enriquece el trabajo en equipo, ¿no?
Comprender que los demás no son tan diferentes activa la empatía
y amplia la gama de respuestas.
La etiqueta rígida produce una respuesta automática, lo cual reduce nuestras opciones. Mi consejo es que siempre tengas activada la atención en qué aspectos del entorno te pueden aportar cosas nuevas, útiles para tu trabajo y para tu vida. De absolutamente todas las situaciones se puede aprender, y por ende, de absolutamente todas las personas se puede recibir algo nuevo, y bueno.