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¿Cuál es la relación entre la inteligencia emocional y la inteligencia ejecutiva?

La relación entre inteligencia emocional e inteligencia ejecutiva

Las emociones forman parte también del paso a la acción, porque son fundamentales para la experiencia. Con cada experiencia generamos una memoria emocional y unos sentimientos que luego nos ayudan en el día a día personal y profesional.

La inteligencia emocional se relaciona con la inteligencia ejecutiva porque, según los expertos, «La gestión emocional» es una de las funciones ejecutivas que nos ayuda en el paso a la acción.

Las emociones nos proporcionan información de forma ancestral a través de los genes, para que conforme tengamos experiencia (ya veces sin ella) podamos decidir acercarnos o alejarnos de algo, podamos actuar en hacer algo o evitarlo.

Vimos en otra entra que a través del caso de Phineas Gage, la neurociencia descubrió que cuando se desactivan o lesionan las regiones prefrontales, carecemos de la capacidad de utilizar las emociones para actuar de forma ajustada a la sociedad, o simplemente para no decidir impulsivamente.

Y si la inteligencia emocional y la inteligencia ejecutiva se relacionan, ¿Cómo sucede este proceso? Vamos a verlo:

Las emociones nos avisan de forma instintiva sobre el contexto.

Durante miles de años hemos desarrollado una parte del cerebro (el sistema límbico, similar a los de algunos animales) que se encarga de dos aspectos fundamentales para la supervivencia: por un lado, regular los mecanismos de homeostasis o regulación biológica del cuerpo (respiración, temperatura, etc); y por otro lado, avisarnos corporalmente cuando nos enfrentamos a algo para alejarnos (fuego, riesgo de quemarnos, rechazo social) o acercarnos (porque es bueno, como alguien que muestra amor).

Es decir, la inteligencia ejecutiva necesita de los mecanismos emocionales para tener más información de cara a saber si es bueno o malo para nosotros y nuestras metas eso que vamos a hacer.

Vamos a ver un ejemplo del día a día:

Estamos en una reunión, y sentimos mucho rechazo o aversión por miembros del equipo. Racionalmente o ejecutivamente podemos pensar que no es para tanto, o que realmente no estamos tan mal. Pero el cuerpo nos está trayendo otra información: escapa de aquí, esto no te gusta, lo rechazas.

En este sencillo ejemplo, la inteligencia emocional o los marcadores emocionales nos están diciendo con una tecnología ancestral que eso que tenemos delante no nos sienta bien. Y es una información muy valiosa, con la que luego decidiremos si pasar a la acción o no.

Los sentimientos nos ayudan a generar estados más o menos adaptativos para cada situación y para el paso a la acción.

Los sentimientos son la parte más subjetiva de las emociones, son el pensar sobre las emociones. Nos generamos una serie de sentimientos según nuestro estilo emocional y nuestro background emocional.

Pues bien, los sentimientos son una herramienta fundamental para pasar a la acción. Por eso son parte de las funciones ejecutivas (Función 4 de nuestro modelo, La gestión de las emociones), porque realmente gracias al contenido de los sentimientos podemos reflexionar sobre una situación y valorar los aspectos necesarios para saber si tomar acciones o quedarnos en el ámbito de la teoría.

Si volvemos al ejemplo anterior, ahora vamos a verlo desde una perspectiva más racional o ejecutiva a utilizar los sentimientos para pensar sobre la situación:

Estamos de nuevo en la reunión, y sentimos esa emoción llamada aversión. Con la inteligencia ejecutiva somos capaces de pensar de forma descendente y generar sentimientos para reflexionar sobre la situación: – Vaya, quizá esta gente esté tan quemada como yo; – Vaya, quizá debería verlo de otra manera porque me dieron la oportunidad de trabajar cuando nadie me la dio; – Vaya, el salario ahora que lo pienso es de los mejores.

Todos estos pensamientos o sentimientos, nos ayudan a generar estados que antes no teníamos y por los que al final, quizá, no pasemos a la acción de irnos del trabajo, sino que decidamos quedarnos porque es lo más lógico.

Como ves, tienen mucha relación las emociones con la acción. Por eso existe una estrecha relación entre la inteligencia emocional y la inteligencia ejecutiva.

Espero que este post te haya servido,

Nos vemos en la acción 😉

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